jueves, 11 de agosto de 2016

Somos mentes diferentes, divagantes, asombrosas y oscuras. Nunca intentes entendernos, el final esta cerca


4+2+2+1

martes, 17 de agosto de 2010

Fuera del mundo

Sí…He vuelto a caer, en el abismo de mi mente. He vuelto al mismo lugar donde un año atrás venía. A pensar, a reflexionar, sin nunca llegar a una conclusión. Sin nunca alcanzar lo que siempre he buscado, entenderme. Un lugar donde el horizonte, allá donde se juntan cielo y mar, lo compone un montón de rocas, a lo que llaman espigón. Un lugar donde el melancólico sonido de un piano que escucho en mi cabeza, se funde con el bravo sonido de las olas del mar. Un lugar donde ves tierra, ves mar, y soledad. Creí que no volvería aquí, creí que este año no, pero me equivocaba. Esto es la vida un cóctel de emociones, de sonidos, de lugares, de sentimientos, de…vida. En este lugar puedo ver la inteligencia de la naturaleza, la gaviotas volando y la estupidez humana. En este lugar puedo pensar que más allá del mar, hay más tierra, más vida, que no existen los caminos, que tu los creas, como dijo aquel sabio poeta. Me llaman loco, por abandonar mi hogar por un rato y venir a este lugar, donde busco sentirme libre, fuera del mundo. Un lugar donde solo mi mente y yo podemos hablar, donde con mi silencio libero mi alma, donde el tiempo no existe. Quiero tomar ese fruto, que me lleve al paraíso. Encontré el mapa del árbol, estuve cerca de llegar a él. Pero, de repente, me alejaban de él. Vi como era inútil luchar, pues el maldito bosque no confiaba en mí. Y con mi rechazo, y mi desilusión, sigo aquí, pensando en ese fruto. Haciendo que el bolígrafo dance sobre el papel, escribiendo lo que siento. ¿Estoy tan loco por gritarle al mundo lo que siento sin tener que usar mi voz? Lo dejaría todo por ir a ese bosque, a buscar ese fruto. Atravesar el mundo por darle un bocado a esa manzana, por tenerla en mis manos, acariciarla, sentir que es mía. Hoy me siento como un pez, pues he mordido tu anzuelo. Porque siento como el hierro desgarra mi interior, pero te perdono, por ser tú. Solo te pido que no devuelvas al mar, que me comas. Devórame. Ahora podría estar siendo feliz, tratando de, por un momento no escuchar a mi mente, tratando de por un momento hallarme, como ya he dicho, fuera del mundo. Estoy tan confuso. ¿Merecerá la pena ese fruto? ¿Y si no me gusta su sabor? ¿Y si es venenoso? ¿Y si me mata? ¿Y si no me gusta el paraíso? No se las respuestas… Pero seguiré esforzándome por poder entenderme y estar allí, fuera del mundo.

lunes, 9 de agosto de 2010

CAPITULO II: Encallado a una voz

Iba navegando hacia mi resurgir cuando, derepente, escuche un canto angelical, un canto que me atrapaba en cada nota, que me obligaba ir hacia el. No era dueño de mi, simplemente surcaba el mar esperando ver de donde provenia esa voz, ese destello de luz en la oscuridad. En un segundo, sin saber porque, me dormi, cai en un profundo sueño. Tal fue el sueño que cuando desperte, se encontraba mi barco encallado en una playa. No sabia donde estaba, baje rapido. No se dislumbraba nada, aunque la luna estuviera llena, ya que habia una espesa niebla a mi alrededor. Empeze a escuchar otra vez la voz, esta vez escuche lo que decia. Recitaba versos, como una especie de poema que asi rezaba:


Deja que te ayude a alcanzar la luna nueva
Ocultar el rostro tras el astro oscuro,
bajarla hasta tus pies, sandalias de seda,
dormir en el limbo sin perder la cabeza.
Susurrarte las odiseas del antiguo tiempo,
ofrecerte sacrificios, ahuyentar tus lamentos,
encender el cirio, derretir la cera,
empeñar mi muerte, comprar mi pena.
Terror le tengo al amanecer, luna,
que te vas al igual que la época de cuna,
aun sabiendo que tendrás que volver
a despedir el día, añadir noche tal vez.
Loca agonía, horas que siguen pasando
faro que guía el velero que me mece,
algo que brilla en el mar que esta en calma
luna que guiña, luna que engaña.
Nervios que olvidan el ser del sereno
luces que ciegan hasta al mismo ciego,
voces que escuchan los de mal oído,
luna me llamas, luna mi castigo.

Empeze otra vez a seguir esa voz, que me llevo hasta el interior de esa misteriosa costa a la que llegue. Segui corriendo hasta que dislumbre una figura de mujer. Era ella, pero ¿como estaba alli?. Me miro fijamente a los ojos y como un susurro me dijo: "Te quiero". En ese mismo instante me desperte y me di cuenta que era un sueño todo aquello que me habia pasado. Empeze a caer otra vez en el recuerdo, en eso de lo que estaba huyendo, volvi a caer en mi, nadie dijo que iba a ser facil. Deje escapar una lagrima en el instante que pense en ella y en lo cobarde que habia sido al irme y no decirle lo que sentia. Maldito ser, plagado de inseguridades y miedos, dejaste escapar a esa mujer que te robaba el alma, que te dejaba sin aliento... maldita cabeza, maldita razon que no dejo escuchar mi corazon y que hablara por mi. Ni siquiera lo intente, me di por vencido antes de entrar en batalla, antes de saber que pensaba ella, antes de mostrarle lo que podia darle... pero eso paso, y debo seguir con este camino, debo olvidar... olvidar ese yo... esa es mi meta.





sábado, 7 de agosto de 2010

CAPITULO I: Zarpando hacia el olvido

El sentido del olvido es no recordar lo perdido, mirar al futuro y romper con el pasado. No es fácil, la memoria juega con ventaja, en cualquier momento vuelve a ti ese pensamiento o sentimiento que creías muerto y empiezas a caer otra vez en el recuerdo, a vagar por tierras sombrías de tu mente, huyendo.
Me dispongo a zarpar hacia el olvido de mi ser, a encontrar nuevas tierras. El viaje sera duro, no llevo compañía, solo mi barco, mis pensamientos y yo. En el camino se que encontrare pruebas duras, piedras que esquivar y un mundo lleno de oscuridad que ahuyentara mi ser y me obligara a escapar. Pero por todo esto es lo que tengo que pasar si quiero llegar a tener una luz nueva, un espacio mejor para mi alma, para que descanse y deje de atormentarse. Así pues, me dispongo a elevar el ancla que me ata a este mundo viejo del que quiero marchar y dejarlo atrás.
Siento como el viento me pega en la cara, un viento fresco de cambio, un viento que sopla a mi favor para tierras nuevas. Veo como el mar esta tranquilo al horizonte, siento paz, siento bienestar, pero se que pronto cambiara esta sensacion de seguridad.
Parto desde Costa da Morte y como su nombre indica me dispongo a morir para renacer, como el ave fénix, de mis cenizas. Me dispongo a ser mas fuerte contra la adversidad, a quererme un poco mas, a sentir que puedo con todo, a no temerle a nada. A mirar a la muerte de frente y que le tiemble las piernas. 
Ahora mismo se que lo conseguiré, no se mañana. Mañana sera otro día, el sol se esta poniendo, debo descansar... debo tomar fuerzas para lo que me espera.